Ya me compré un libro. Ya tengo el mar. Quiero empezar a leer, pero lo más difícil es eso, empezar. Mirá si te tirás y el agua esta congelada. Mirá si se te duerme cada músculo del cuerpo y no podes nadar. Quiero tirarme de una, así, de cabeza, pero hundirme rápido. Hundirme en la historia. Meterme en ese mundo distinto. Y que no te den ganas de salir a respirar. Porque, la verdad, es que a veces respirar te corta todo. Volver a la realidad generalmente lo hace. Y después la posta es nadar feliz por el tiempo que se pueda. Pero, ya dije, lo más difícil es tirarse y ante todo hundirse de una. Y si me tiró y enseguida salgo a la superficie, prefiero salir del agua, salir del mar. E irme a otro, a ver que tal resulta. Porque (ya lo dije, me parece) yo quiero nadar feliz. Probablemente vaya a volver más tarde... ahora el agua me puede resultar muy fría, pero a lo mejor mañana esta bárbara.
Pero ya estoy. Ya me compré un libro. Ya tengo el mar. Ahora pongo le punto final a esta entrada y me voy a buscar la toalla.
Pero ya estoy. Ya me compré un libro. Ya tengo el mar. Ahora pongo le punto final a esta entrada y me voy a buscar la toalla.

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